lunes, octubre 24, 2005


Los cuatro (¿fantásticos?) puntos

01. Algo así llamado edición independiente y/o alternativa.


Por su naturaleza y forma de hacer, podría englobarse Pix Editorial dentro de la edición independiente y/o alternativa. Siendo participes (por activa y por pasiva) y simpatizantes, preferimos no entrar, quedarnos fuera y saludar a todos desde la puerta. ¿Independientes de quién? ¿alternativos a qué? No queremos (ni pretendemos) tapar huecos más que evidentes, no queremos representar la voz de nadie, ni aspiramos a crecer hasta no vernos (cosas todas ellas improbables, por otra parte). Somos lo que somos, si es que somos algo, por el placer de hacer. Si hay algo más, todavía, no nos hemos dado cuenta (y ya ha pasado tiempo para ello).


02. Si tuviese dinero y medios…

¿Cuántas veces habremos oído y oiremos esta expresión (u otras de idéntico contenido) en boca de personas con ganas de editar o, en general, hacer cosas? Aún evidenciando la estrecha relación entre presupuesto disponible y los medios (no hay ninguna duda que a mayor holgura económica, mayores son los medios), no creemos que la falta de recursos sea un impedimento a la hora de llevar a cabo producciones cuidadas con un índice de calidad más que aceptable. Rentabilización al máximo de los medios y un mimo absoluto son nuestras armas a esgrimir.


03. Nosotros nos lo guisamos y unos pocos se lo comen.

Siendo conscientes de la infraestructura y características de nuestra aventurilla, declaramos de radio minúsculo nuestro campo de acción y difusión, y nuestra actividad dependiente de la política editorial y creativa del «Hazlo tu mismo» (DIY)


04. Ceci n’est pas une pipe o esto no es un libro

Desatar el nombre del objeto que se cobija bajo él, o llevar la opción de mear fuera del tiesto como otra forma de desarrollo.

sábado, octubre 22, 2005

(Re)paso a (re)paso.
Corría el año 1996 (tan lejano ya y tan cercano a veces) cuando Pix Editorial surgió de manera puntual - y sin ninguna intención prevista de posterior continuidad - para llevar a cabo la edición del libro objeto «Poesía en conservas» de Abel Figueras. Fue al cabo de dos años que se intentó reemprender la actividad editorial de una manera constante y con cierta asiduidad en la factura de obras/ediciones. Con el lanzamiento de dos ediciones, «Códigos» de Sergi Quiñonero en mayo y «De usar y tirar (20 poemillas de amor)» en octubre, el año 98 se constata como el periodo más prolífico de la editorial para acto seguido entrar en un largo periodo de crionización que no cesaría hasta abril del 2002, en el cual se lleva a cabo la 3ª edición de «De usar y tirar…», esta vez con un nuevo diseño. Desde entonces , y tras colaborar con los compañeros de la revista La Más Bella, ha visto la luz la 4ª edición del mismo librillo, y meses más tarde «Poesía soluble», de Julio Cesar Pérez.
En su momento, planteamos y dimos a conocer una serie de 4 puntos a modo de línea editorial. A día de hoy, ya con la certidumbre de que la línea es curva y discontinua, y después de un repaso de aquellas, consideramos que seguimos en el mismo lugar (algo más viejos y menos inocentes, pero en el mismo lugar), por lo que a continuación os ofrecemos nuestra particular línea discontinua.

sábado, octubre 15, 2005


Pix Editorial: micro-editorial con micro-actividad

Hacer. Siempre quedan cosas por hacer. Y como si se pudiesen hacer todas!. Pix Editorial desde luego que no se caracteriza por hacer cosas. Demasiadas desde luego que no, si no más bien hacer las cosas justas, algo justas incluso, exactamente 4 ediciones y otras pocas reediciones en aproximadamente 9 años (19.710 días que se dicen rápido). Nunca fuimos especialistas en promocionarnos y cuando nos lo planteamos, nunca nos pusimos a ello, nunca lo hicimos. Así se quedaron colgadas algunas cartas a revistas, algunos envíos a medios y la realización de una página web que nunca se acabó. Este weblog vendría a suplir esa inconclusa página, un lugar en el ciberespacio en el que dar detalles sobre nuestra pequeña existencia, en el que colgar palabras e imágenes que delaten nuestro camino y nuestros pasos en esto de la micro-edición (término robado con todo nuestro cariño a nuestra amiga la micro-poetisa Ajo).
Y esto, tampoco es precisamente promoción. Podríamos llamarlo berenjena.